viernes, 2 de diciembre de 2011

EL BLOGUERO DE HONOR

DAMOS LA BIENVENIDA A NUESTRO BLOGUERO DE HONOR: DON ENRIQUE MEDINA EXPÓSITO, profesor de Lengua de nuestro Centro.

“El lenguaje, más lleno de odios que de amores, ha creado diversas fórmulas con las que matizar el elogio, aunque sea merecido. “Hay que reconocer”, es decir, debemos hacer un esfuerzo para conceder una virtud al aludido.  

Como apunta Manuel Alcántara, una de las peores palabras del español es el “pero”. La alabanza no será jamás completa: “Sí, pero como persona….”

La afanosa búsqueda de lo malo en el prójimo hace que las palabras sencillas adopten en español un significado torcido. Por ejemplo, “prejuicio”. Esta palabra fue inventada con el propósito de tener un previo interés que haga menos imparcial la opinión. Sin embargo, en inglés ese pre-juicio puede ser favorable:”No puedo ser imparcial porque es amigo mío, y, por tanto, tengo un prejuicio”, Iam prejudiced”. En España, en cambio, la expresión es “siempre” negativa. “Tiene un prejucio” respecto a alguien equivale a que le odia “a priori”, jamás a que le quiere por anticipado.

Dice Galdós:

            “La malicia aderezada de ingenio es grata a nuestros paladares, y no oirás nunca alabar a una persona por honrada, por inteligente o por otra cualidad sin que al punto venga ese inmortal y castizo tío Paco con sus implacables rebajas.”

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